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Una nutrición adecuada es esencial para el sano desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños. Desde la gestación hasta los primeros años de vida, los nutrientes que recibe el organismo desempeñan un papel fundamental en la construcción de estructuras celulares, el fortalecimiento del sistema inmunitario y la consolidación de procesos metabólicos que perdurarán durante toda la vida.
La epigenética es el campo de estudio que investiga cómo los factores ambientales y de comportamiento pueden modificar la expresión de los genes sin alterar el propio ADN.
Durante el embarazo, la dieta y los hábitos de vida de los padres, especialmente de la madre, pueden influir en la programación metabólica e inmunológica del niño.
Las investigaciones indican que la exposición a determinados nutrientes o la falta de ellos puede afectar a la expresión de genes relacionados con el desarrollo cerebral, el metabolismo de las grasas y los hidratos de carbono e incluso la predisposición a padecer enfermedades crónicas en la edad adulta.
Según Barker (1995), el concepto de “orígenes evolutivos de la salud y la enfermedad” sugiere que las condiciones adversas durante periodos críticos del desarrollo pueden dar lugar a modificaciones epigenéticas permanentes, predisponiendo al individuo a enfermedades como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Estudios más recientes demuestran también que la salud y la dieta de los padres antes de la concepción pueden influir en la salud del niño.
Por ejemplo, una dieta materna rica en ácidos grasos omega-3 durante el embarazo se asocia a un mejor desarrollo neurológico del bebé (Innis, 2007).
Durante los primeros años de vida, los niños atraviesan periodos de crecimiento acelerado y desarrollo cerebral intenso. Una nutrición adecuada es esencial para satisfacer estas demandas y garantizar que los procesos biológicos tengan lugar de forma eficiente.
Los nutrientes más importantes para un desarrollo sano son:
Una nutrición adecuada durante los primeros años de vida también influye en los futuros gustos y preferencias alimentarias. Es importante que los padres y cuidadores ofrezcan una variedad de alimentos sanos desde una edad temprana para fomentar hábitos alimentarios adecuados.
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La lactancia materna se considera la mejor fuente de nutrición para los bebés durante los seis primeros meses de vida. La leche materna contiene todos los nutrientes esenciales para un crecimiento sano, así como anticuerpos que ayudan a proteger al bebé contra infecciones y enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Sanidad recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y, después, la introducción gradual de alimentos sólidos mientras se sigue dando el pecho hasta los dos años o más.
Beneficios demostrados de la lactancia materna:
Composición de la leche materna
El consumo de azúcar durante la infancia, especialmente en exceso, puede tener importantes repercusiones negativas tanto en el desarrollo físico como cerebral del niño. Durante los primeros años de vida, el cerebro está creciendo rápidamente y formando conexiones neuronales, y es muy sensible a los factores nutricionales.
Cuando se consume en grandes cantidades, el azúcar provoca una serie de efectos nocivos en el organismo, entre los que se incluyen:
Además de los efectos físicos, el consumo excesivo de azúcar puede dañar el desarrollo neurológico del niño. Los estudios demuestran que el azúcar interfiere directamente en la función cognitiva y emocional, especialmente en los cerebros en desarrollo.
Daños en la memoria y el aprendizaje: El consumo elevado de azúcar puede dañar la memoria y la capacidad de aprendizaje. Estudios con modelos animales indican que las dietas altas en azúcar causan inflamación en el hipocampo, una región crucial para la formación y recuperación de recuerdos (Hsu et al., 2015).
Dificultades de atención y control de impulsos: Los niños que consumen cantidades excesivas de azúcar son más propensos a desarrollar dificultades de atención e impulsividad. Esto se debe a que el azúcar interfiere en la regulación de neurotransmisores como la dopamina, que desempeña un papel central en la atención y la motivación.
Cambios de humor: El consumo excesivo de azúcar puede provocar fluctuaciones bruscas en los niveles de glucosa en sangre, lo que se traduce en cambios repentinos de humor, irritabilidad e incluso comportamiento agresivo.
Impacto en la plasticidad cerebral: Durante los primeros años de vida, el cerebro es muy plástico, es decir, capaz de formar rápidamente nuevas conexiones neuronales. El consumo crónico de azúcar puede interferir en este proceso, perjudicando el aprendizaje y el desarrollo cognitivo.
Recomendaciones sobre el consumo de azúcar
La Asociación Americana del Corazón (AHA) recomienda que los niños menores de 2 años no consuman azúcar añadido y que los niños de 2 a 5 años limiten su consumo a menos de 25 gramos (aproximadamente 6 cucharaditas) al día.
Es importante que los padres y cuidadores sean conscientes de la cantidad de azúcar presente en los alimentos industrializados, especialmente en las bebidas azucaradas, los dulces y los cereales procesados. Incluso los productos considerados “sanos”, como los yogures y los zumos industrializados, pueden contener cantidades significativas de azúcar añadido.
Promover hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana es esencial para garantizar el correcto desarrollo de los niños y reducir los riesgos asociados al consumo excesivo de azúcar.
Un desarrollo dietético saludable requiere una introducción gradual y adecuada de los alimentos, respetando las necesidades nutricionales del niño y el desarrollo de su sistema digestivo.
A continuación se enumeran los alimentos recomendados y los que deben evitarse en cada etapa de la infancia.
De 0 a 6 meses
✅ Alimentos recomendados:
🚫 Alimentos desaconsejados:
De 6 meses a 1 año
Con la introducción de los alimentos, el bebé empieza a experimentar diferentes sabores y texturas. En esta etapa, la alimentación complementaria debe ser variada y nutritiva, manteniendo la lactancia materna siempre que sea posible.
✅ Alimentos recomendados:
🚫Alimentos desaconsejados:
De 1 a 2 años
En esta etapa, los niños pueden consumir una mayor variedad de alimentos, pero es fundamental que su dieta sea equilibrada y rica en nutrientes.
✅ Alimentos recomendados:
🚫 Alimentos desaconsejados
De 2 a 3 años
En esta etapa, los niños tienen un desarrollo digestivo más avanzado y pueden consumir prácticamente todos los grupos de alimentos. Sin embargo, es fundamental promover hábitos saludables y evitar los alimentos perjudiciales.
✅ Alimentos recomendados:
🚫 Alimentos desaconsejados:
De 0 a 6 meses
A partir de los tres años, los niños ya tienen el paladar más desarrollado y pueden probar una gran variedad de alimentos. Es importante que los padres fomenten hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana.
✅ Alimentos recomendados:
🚫 Alimentos desaconsejados:
Los alimentos ultraprocesados son aquellos que se someten a múltiples procesos industriales y contienen ingredientes artificiales como conservantes, colorantes y aromatizantes.
Varios estudios asocian el consumo frecuente de estos productos con:
El consumo de alimentos ultraprocesados durante la infancia interfiere en la formación de hábitos alimentarios saludables y puede contribuir a la aparición de problemas de salud a lo largo de la vida.
Por tanto, es esencial que los padres y cuidadores den prioridad a los alimentos frescos y mínimamente procesados, proporcionando a los niños una dieta variada y nutritiva.
El desarrollo de hábitos alimentarios saludables es esencial para garantizar que los niños crezcan sanos y con energía, evitando los problemas de salud que pueden surgir en la infancia y perdurar hasta la edad adulta. Los padres y cuidadores desempeñan un papel esencial en la creación de un entorno alimentario positivo y equilibrado.
Ofrecer una amplia variedad de alimentos sanos desde una edad temprana ayuda a los niños a desarrollar un paladar diverso y a aceptar nuevos sabores con más facilidad. Introducir los alimentos sólidos gradualmente, respetando los signos de preparación del bebé.
Un modelo positivo:
La nutrición infantil es uno de los pilares fundamentales para un desarrollo físico, cognitivo y emocional sano. Desde los primeros días de vida hasta los cinco años, el organismo de los niños experimenta cambios rápidos e intensos que requieren una nutrición adecuada y equilibrada.
El capítulo abarca desde la influencia de la epigenética en la salud infantil hasta la introducción adecuada de alimentos en cada etapa, pasando por recomendaciones específicas sobre los alimentos que deben evitarse.
También se analizan los efectos negativos del consumo excesivo de azúcar y alimentos ultraprocesados, subrayando la importancia de crear hábitos alimentarios saludables desde una edad temprana.
Promover una dieta equilibrada y nutritiva no consiste sólo en proporcionar los nutrientes adecuados, sino también en educar a los niños para que tomen decisiones conscientes y saludables. Los padres y cuidadores desempeñan un papel esencial en este proceso, ofreciendo alimentos variados, mínimamente procesados y ricos en nutrientes.
Desarrollar hábitos saludables desde los primeros años de vida puede influir positivamente en la salud de los niños a lo largo de toda su vida. Seguir ofreciendo un entorno alimentario positivo y estructurado es esencial para garantizar que el crecimiento y el desarrollo se produzcan de la mejor manera posible.
El desarrollo infantil es un proceso complejo y único para cada niño. Esta guía está pensada para ayudar a padres y cuidadores a comprender mejor los saltos evolutivos y cómo apoyarlos de forma sana y empática.
Es esencial recordar que cada niño tiene su propio ritmo y que las referencias aquí presentadas son orientaciones para ayudarle a comprender mejor el proceso de crecimiento y aprendizaje.
Si, en cualquier momento, surgen dudas o preocupaciones sobre el desarrollo de un niño, es esencial buscar asesoramiento profesional cualificado. Los pediatras, psicólogos y otros especialistas pueden ofrecer evaluaciones adecuadas y apoyo personalizado para garantizar el bienestar y el desarrollo saludable del niño.
Referencias bibliográficas
Barker, D. J. P. (1995). Fetal origins of coronary heart disease. BMJ.
Innis, S. M. (2007). Dietary (n-3) fatty acids and brain development. The Journal of Nutrition.
American Heart Association (AHA). (2016). Dietary Sugars Intake and Cardiovascular Health. Circulation.
World Health Organization (WHO). (2018). Guideline: Sugars intake for adults and children.
Hsu, T. M., Konanur, V. R., & Kanoski, S. E. (2015). Central Dopamine, Food Rewards, and Their Regulation by Aversive Stress. Physiological Behavior.
Thompson, R. A. (2008). Early Sociocognitive Development. Handbook of Developmental Social Neuroscience.
Plooij, F., & van de Rijt, H. (1992). The Wonder Weeks: How to Stimulate Your Baby’s Mental Development and Help Him Turn His 10 Predictable, Great, Fussy Phases into Magical Leaps Forward. Kiddy World Publishing.